Millones de personas entraron en una nueva serie de restricciones en plena celebración de Pascua, debido a la propagación con fuerza del coronavirus, especialmente en América Latina, donde hubo más 25 millones de contagios.
Ante el aumento de infecciones, y a pesar de que la vacunación va avanzando, muchos gobiernos tuvieron que volver a imponer medidas.
Italia, uno de los países europeos más golpeados por el virus, inició un estricto confinamiento durante la Semana Santa, con todo su territorio considerado “zona roja” de riesgo elevado, lo que privó a las familias de reunirse en estas fechas tradicionales.
En Francia, nuevas restricciones entraron en vigor ayer, para intentar frenar la explosión de contagios que están poniendo al borde del colapso los hospitales de la capital.
Y en la vecina Alemania, donde el Gobierno tuvo que dar marcha atrás a unas severas restricciones para el fin de semana pascual, la canciller Angela Merkel pidió a la población que limitara al máximo sus encuentros.
La dirigente instó a “una celebración de Pascua tranquila, en círculos pequeños, con los contactos fuertemente reducidos”.
A pesar de los llamados, una nueva manifestación contra las restricciones reunió a miles de personas en Stuttgart, la mayoría sin cubrebocas.
En Suiza se celebró una vigilia virtual con velas en recuerdo de las casi nueve mil 700 personas que fallecieron por COVID-19 en el país.





