Layda Sansores desata polémica con frase discriminatoria contra mujeres indígenas
La Gobernadora de Campeche, Layda Sansores, encendió la indignación al declarar que “ser mujer, ser indígena y ser pobre, es lo peor que te puede pasar en la vida”. Lo más grave: lo dijo frente a un grupo de mujeres indígenas, a quienes en lugar de reconocer y respaldar, terminó exhibiendo con una visión torpe y discriminatoria.
Es cierto que la pobreza implica carencias, pero ¿qué tiene de malo ser indígena o ser mujer? México está cimentado en la grandeza de sus pueblos originarios: los mayas en el sur, los huicholes en Jalisco, los purépechas en Michoacán, y los descendientes de mexicas y tlaxcaltecas en el centro del país. Personajes como Tenamaztle, guerrero que encabezó la resistencia en la Guerra del Mixtón, son testimonio de que ser indígena no es una desgracia, sino un legado de orgullo y dignidad.
En comunidades de Tula como Santa Ana de Nahola, en Tula, preservar la identidad indígena es motivo de orgullo, no de vergüenza. Sin embargo, declaraciones como las de Sansores no solo estigmatizan, sino que perpetúan la discriminación contra quienes deberían ser dignificados por sus autoridades.
Y lo más incongruente: el propio Gobierno Federal declaró este año como “El Año de la Mujer Indígena”, buscando reconocer su aportación histórica y social. En ese contexto, las palabras de la mandataria campechana no solo resultan ofensivas, sino también un golpe directo a las políticas de inclusión que, al menos en el discurso, la Federación asegura promover.
Lo peor que le puede pasar a un pueblo no es ser mujer, indígena o pobre; lo peor es tener gobernantes que desde el poder humillan lo que deberían defender.