Ciudad Victoria, Tamaulipas.– En un mensaje contundente, la candidata a magistrada del Poder Judicial de Tamaulipas, Tania Gisela Contreras López, rompió el silencio y denunció públicamente lo que calificó como una campaña de difamación orquestada para frenar su postulación, asegura que detrás de los ataques hay una clara intención política y una violencia sistemática que tiene rostro de género.
“Me atacan por ser mujer y libre”, sentenció Contreras López en un video difundido en redes sociales, sus palabras resonaron en un contexto donde las aspiraciones femeninas a cargos de alto nivel todavía enfrentan resistencias soterradas y discursos disfrazados de escrutinio legítimo.
La candidata afirma que desde que su nombre comenzó a tomar fuerza como una opción seria para ocupar una magistratura en el PJE, comenzaron los señalamientos: acusaciones sin pruebas, rumores, notas anónimas y hasta una denuncia interpuesta por el llamado “Partido Conservador”, la cual, sostiene, está basada en un montaje.
“Me vinculan con grupos criminales sin presentar una sola prueba, sus palabras no solo buscan desacreditarme, también ponen en riesgo mi vida y la de mi familia”, denunció.
Contreras lamentó que muchos de los ataques tengan una carga clasista y misógina: por su origen, por su apellido, por no responder a ningún grupo de poder. “Quieren reducir mi historia a una caricatura, a la idea de que soy un títere. Invisibilizan mis méritos y anulan mi capacidad solo por ser mujer”, agregó.
La gravedad de la situación ha llevado al Instituto Electoral a otorgarle medidas cautelares tras identificar indicios de violencia política de género, sin embargo, afirma que sus agresores han ignorado las resoluciones de la autoridad y continúan con la campaña de hostigamiento.
“Resulta que los victimarios hoy se hacen pasar por víctimas”, reclamó, al tiempo que informó haber presentado ya denuncias formales ante instancias competentes, documentando lo que describe como una ofensiva coordinada entre partidos, medios y actores económicos con intereses en juego.
El caso de Tania Contreras vuelve a poner sobre la mesa los obstáculos que enfrentan las mujeres cuando aspiran a espacios de poder real, la contienda por una magistratura, que debería centrarse en méritos jurídicos y trayectoria profesional, se ha contaminado –una vez más– por la guerra sucia y la política de desgaste.