Demanda interna avanza en el inicio del 2024: Inegi

En el primer mes del año, la inversión productiva inició con el pie derecho, en tanto que el consumo lo hizo con relativa debilidad.

El indicador de inversión productiva registró un avance de 0.1% mensual durante el primer mes el año, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con esto, la tasa anual se ubicó en 13.8% durante enero, con lo cual mantuvo la tendencia de crecimiento de doble dígito que se registró en todo 2023. Por componentes, el gasto en maquinaria y equipo creció 6.0% anual, en tanto que la construcción registró un avance de 21.2% anual real.

El equipo de Banorte reconoció los buenos resultados de la inversión, y afirmaron que varios de los motores que impulsaron al indicador en 2023 siguen presentes este año, entre ellos el gasto presupuestado para los proyectos gubernamentales y la inversión en construcción de espacios industriales.

Explicaron que el rubro de la construcción seguirá liderando a la inversión, aunque hicieron dos anotaciones.

Anticipan una divergencia entre segmentos, pues la construcción residencial probablemente se mantendrá más débil en el margen, reconociendo que los precios de los insumos se han acelerado en los dos primeros meses del año, mientras que la expectativa para el rubro no residencial es más positiva, ya que cuenta con el soporte tanto de la inversión privada (asociada plenamente a la demanda de espacios industriales) como pública (con miras a finalizar proyectos de infraestructura insignia).

CONSUMO MOSTRÓ DEBILIDAD
El indicador de consumo privado mostró un descenso de 0.6% en enero respecto del mes previo, reportó el Inegi.

Así, en términos anuales, el consumo privado logró un avance de 1.9%, impulsado principalmente por el aumento en los bienes importados, que fue por 14.3%, que pudo compensar la caída de 0.5% en el gasto en bienes y servicios de origen nacional.

Los analistas de Banorte expresaron que mantienen la visión de que el mayor ingreso disponible en los hogares beneficiarios de los programas sociales, así como la fortaleza de los fundamentales (incluyendo el avance de los salarios) serán vientos a favor para el consumo.

No obstante, afirmaron que siguen los retos, derivados de una mayor volatilidad en los precios –así como la persistencia al alza en la inflación subyacente– y de la posible pérdida de poder adquisitivo de las remesas en moneda local.