La tensión por la llegada de centroamericanos aumentó en la frontera con Estados Unidos, pero del lado mexicano, luego de que tijuanenses lanzaran expresiones de rechazo contra la caravana que se agolpó en la valla de la línea limítrofe.
Los roces se agudizaron ayer cuando el alcalde de Tijuana y el gobernador de Baja California advirtieron que habrá “cero tolerancia” para los visitantes que alteren el orden.
Juan Manuel Gastélum, alcalde panista, dijo a una televisora que grupos de migrantes “llegan en un plan agresivo, grosero, con cánticos, retando a la autoridad”, y pidió al Gobierno federal que los expulse de inmediato. Dijo que hará una consulta ciudadana para decidir si siguen recibiendo a los extranjeros y qué hacer con quienes ya están en la ciudad.
El miércoles, unos 300 vecinos protestaron contra los migrantes en una zona habitacional. Los apedrearon mientras cantaban el himno nacional mexicano.
Los viajeros consideraron injustas las acusaciones de los tijuanenses quienes los ven como criminales, por lo que piden una oportunidad para quedarse, a la espera su eventual ingreso a Estados Unidos.
La organización Ángeles de la Frontera pugnó porque los tijuanenses eviten manifestaciónes xenofóbicas contra los visitantes.