La cumbre del Grupo de los Siete (G7) concluyó marcada por las tensiones comerciales, la amenaza para el crecimiento económico global.
Ayer los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido terminaron un encuentro de dos días en la ciudad de Biarritz, Francia.
Esto, mientras la economía mundial se encuentra en plena ralentización y la amenaza de una recesión en Alemania y el Reino Unido, en parte debido al incremento de la tensión comercial del último año entre EU y China.
“Ahora mismo hay enormes riesgos económicos en el mundo por las tensiones comerciales”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel.
Además, pidió un acuerdo que reforme el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En este contexto, Estados Unidos y Japón firmaron un acuerdo bilateral de comercio. Además, Washington y Canadá dialogaron sobre los beneficios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
De manera sorpresiva, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif aterrizó en territorio francés y se reunió con su homólogo del país galo.
“El canciller iraní fue invitado en acuerdo con Estados Unidos”, explicó París.
Hoy habrá reuniones y una rueda de prensa final.
Claroscuros
La reunión estuvo marcada por temas ambientales, el calentamiento global y los incendios en la Amazonia.
Otro factor fue la economía mundial, que se encuentra en ralentización, así como la amenaza de una recesión en Alemania y el Reino Unido.
La falta de negociaciones entre Bruselas y Gran Bretaña para un Brexit ordenado.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Rechazan a Moscú
PARÍS.— Los líderes del G7, reunidos en el sur de Francia, acordaron reforzar el diálogo y la coordinación con Rusia sobre las crisis actuales. Sin embargo, afirmaron que era “demasiado pronto” para reintegrarla en el grupo.
Los siete dirigentes del foro, que reúne entre otros al estadunidense Donald Trump, a la alemana Angela Merkel y al francés Emmanuel Macron, adoptaron esta posición común durante una cena en la ciudad de Biarritz.
Rusia fue excluida de lo que era el G8 en 2014, tras anexionar la península ucraniana de Crimea, en el Mar Negro, lo que nunca fue reconocido por la comunidad internacional.