Aunque el número de fallecidos continúa en aumento en el centro de Texas tras las históricas inundaciones que azotaron la región a partir del 4 de julio, historias de supervivencia han emergido entre la tragedia. La familia Vlasek, de la ciudad de Hunt, relató cómo su amado perro sobrevivió milagrosamente a la devastación, ofreciendo un rayo de esperanza durante su recuperación.
La noche del 4 de julio, la vivienda familiar de Cody Vlasek, un estudiante de último año de secundaria, sucumbió ante el agua del creciente río Guadalupe. Como detalló la televisora local KENS 5 de San Antonio, la madre de Cody, Denise, detectó primero el peligro, y en apenas 20 minutos el agua inundó la casa alcanzando la cintura del joven, que, junto a sus padres, huyó cuesta arriba hacia la vivienda de un vecino sin oportunidad de rescatar a su mascota.
“La corriente casi hizo tropezar a algunos de nosotros”, expresó Cody al medio, al referirse a la fuerza con la que subieron las aguas en mitad de la noche. La región montañosa, donde residía la familia Vlasek, fue una de las más afectadas por las precipitaciones inusualmente intensas. El desbordamiento del río Guadalupe sumergió extensas áreas y dejó a decenas de personas clamando por ayuda en medio de la oscuridad.
Cody destacó que, ante los gritos de auxilio de los vecinos, sintió la impotencia de no poder auxiliarlos sin arriesgar la seguridad de su propia familia. “Era una sensación horrible porque querías ayudarlos y no sabías qué les había pasado”, relató. “Pero en el fondo sabías que si intentabas salir, algo te pasaría a ti también”.
Al volver días después a su casa destruida, Cody halló a su perro en circunstancias extraordinarias. El joven recordó que al irrumpir por una ventana en busca de pertenencias, escuchó “arañazos y un gemido”. Al asomarse a la lavadora, vio a su mascota flotando en el interior y logró rescatarla.
Esta revelación brindó a la familia un momento de alegría en medio de la destrucción; sin embargo, las pérdidas personales y materiales continuaban siendo abrumadoras.
“Se puede reemplazar una casa, pero no se pueden reemplazar vidas”, dijo Cody a KENS 5. El saldo trágico de la catástrofe incluyó víctimas de todas las edades. Según consignó CNN, al menos 36 niños se encuentran entre los fallecidos.
Una de las tragedias más pronunciadas se originó en Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas situado junto al río Guadalupe. La institución confirmó la muerte de 27 campistas y consejeras, mientras que cinco menores del campamento permanecen en condición de desaparecidas, conforme sostuvieron las autoridades locales.
Mientras la familia Vlasek trata de reconstruir su vida, la realidad en el centro de Texas sigue marcada por la devastación. Comunidades enteras trabajan en la limpieza y la búsqueda de desaparecidos. El número de víctimas continúa en ascenso desde el inicio de la emergencia, con el balance oficial de muertos superando ya los 130, según precisó el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Mientras tanto, la resiliencia y la unidad se perciben en los relatos de quienes sobrevivieron a las inundaciones. Historias como la de los Vlasek ponen de relieve tanto las pérdidas como los pequeños milagros, en una región que intenta recuperarse de la destrucción provocada por lluvias que rebasaron todos los registros previos.