La vida personal de Roberto Gómez Bolaños ha vuelto a posicionarse en la agenda mediática tras el estreno de la serie Chespirito: Sin querer queriendo. El proyecto retrata los orígenes del comediante, así como la evolución de su más grande éxito televisivo, El Chavo del 8. Sin embargo, en el camino también ahonda en aquellos momentos relevantes de su vida personal, como su relación con Florinda Meza. Un tema que ha despertado tanto interés, como controversia.
De acuerdo por lo relatado por ambos a lo largo de los años, su amor floreció desde el primer momento, cuando aún colaboraban profesionalmente. Sin embargo, ninguno decidió hacer nada al respecto ya que Bolaños aún mantenía un matrimonio con Graciela Fernández, la madre de sus seis hijos.
Florinda Meza formó parte de la industria artística desde joven, con formación en el Instituto de Andrés Soler y experiencia en teatro experimental, antes de ingresar al medio televisivo por medio del programa La Media Naranja de Canal 8.
Este paso la llevó a incorporarse al elenco de los emblemáticos programas creados por Gómez Bolaños, donde la dinámica laboral fue transformándose y dio pie a una relación de pareja.
En 1975, Meza mostró públicamente la admiración que sentía por el escritor y actor, al declarar para El Universal: “A donde vaya don Roberto iré yo, bueno si él me lleva”. Con el tiempo, este sentimiento se consolidó en una relación estable, aunque en sus primeras etapas ambos enfrentaron los rumores y cuestionamientos derivados de la situación marital de Gómez Bolaños.
El propio creativo confesó más adelante que, aunque el interés amoroso existía desde los primeros años de colaboración, decidió no avanzar hasta estar seguro de las circunstancias.
“Con Florinda todo maravilloso, fue lo que más gané en todo el programa, fue Florinda, mucho más que la fama, el dinero y que la popularidad, todo lo dejo a cambio de Florinda”, expresó.
En declaraciones recogidas a lo largo de los años, Gómez Bolaños explicó cómo se fue gestando la relación: “Desde que la vi y la vi actuando, la oí de lejos, desde entonces, nomás que habían impedimentos, yo estaba todavía casado y tenía que respetar, además, lo más vil que he encontrado a veces en este ambiente es el que da empleo a cambio de la cama, eso es vil, nunca quise envilecerme de este tipo, pasaron como ocho años para que se diera el encuentro”.
El proceso no estuvo exento de dificultades y fue seguido de cerca por los medios, dada la condición de Gómez Bolaños como figura pública y la existencia de una familia previa.
Sin embargo, en una entrevista para Adela Micha, Florinda Meza rechazó la idea de haber experimentado culpa en relación con la separación de Gómez Bolaños y Graciela Fernández.
“No, nunca me sentí culpable; una vez Graciela por teléfono me habló y me dijo que sí tenía mucho coraje, pero me dijo que su coraje no era con ella sino con él”.