Tormentas en Brasil ya dejan 29 muertos

Las lluvias que azotan el sur de Brasil provocaron la muerte de al menos 29 personas y dejaron 60 desaparecidos.

En su último reporte, Defensa Civil dijo además que hay 36 heridos, 10 mil 242 personas evacuadas y cuatro mil 645 en refugios.

Tal es el daño que la madrugada de ayer, el estado de Rio Grande do Sul, epicentro de la tragedia, fue declarado en “estado de calamidad pública”.

La tormenta dejó superficies totalmente anegadas, ríos arrasando puentes y carreteras, así como rescates de personas que estaban en sus techos o a punto de ser arrastradas por el nivel del agua.

Quiero lamentar profundamente todas las vidas perdidas, son 29 muertes registradas y con el dolor más profundo de mi corazón, sé que serán todavía más”, dijo el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, en una transmisión en vivo por YouTube.

Leite dijo que había 60 desaparecidos registrados hasta el momento. Una cifra que puede crecer porque existen dificultades para acceder a localidades que se encuentran aisladas.

Las inundaciones se concentran en el centro del estado, donde 154 localidades han sido castigadas por las persistentes lluvias.

Leite insistió en que se trata del “peor desastre climático” en la región bajo su gestión.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó ayer a la zona y prometió un despliegue de recursos.

El gobierno federal estará cien por ciento a disposición del estado para las tareas de rescate y reparación”, añadió Lula junto a Leite, tras viajar con una comitiva de ministros a la localidad de Santa María, una de las afectadas.

Imágenes aéreas de AFPTV muestran zonas de Capela de Santana totalmente inundadas, donde sólo se ven techos de viviendas.

Raul Metzel, habitante de Capela de la comunidad de Santana, lamentó la situación.

Está todo bajo el agua, es triste. Y va a empeorar. ¿Quién puede dormir de noche? No sabemos cómo va a subir el agua, y cuando llega a la puerta de la casa ya no se consigue levantar nada”, contó el operador de máquinas de 52 años.

No podemos hacer nada por nadie. Parte de mi familia y otras personas que conozco están en Montenegro y no puedo traer a nadie para acá porque no tenemos cómo ir”, expresó con pesar Claudio Oliveira, un mecánico de 54 años.