Alertan por nueva forma de robo en tarjetas bancarias

En unas horas, a Juan le quitaron 25 mil pesos en compras, luego de haber obtenido los datos de su tarjeta de crédito.

Ocurrió hace dos fines de semana. Estaba en su casa cuando comenzaron a llegar notificaciones a su aplicación bancaria. Se trataba de cargos por compras menores en distintas páginas de internet. Pese a que desactivó el plástico desde su teléfono, los cobros continuaron. Fueron 12 en total.

Juan llamó al banco, pero hasta el pasado martes fue atendido. Le preocupa no recuperar el dinero.

Esta nueva forma de robo es conocida como “carding”. Los delincuentes, tras conseguir la información de las cuentas de las víctimas (número de la tarjeta y de seguridad, principalmente), hacen adquisiciones en plataformas de internet.

El Instituto Nacional de Acceso a la Información (Inai) emitió recientemente una alerta debido al aumento de estos casos. Destaca que los responsables pueden acceder a los datos a través de llamadas telefónicas en las que se hacen pasar por empleados de una institución bancaria, aunque también crean páginas “espejo” que simulan operar como establecimientos comerciales.

Según un estudio de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) presentado este año, durante 2022 el comercio minorista por internet en el país creció 23% respecto de 2021, alcanzando un valor de 528 mil millones de pesos (MDP) en transacciones.

Aunque el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no documenta casos de delitos cibernéticos, en los que podrían ubicarse estos ilícitos, un indicador que puede dar una idea de la situación es el aumento de fraudes en Jalisco.

Mientras que de enero a junio de 2018 se presentaron tres mil 661 denuncias por este delito, para el primer semestre de 2023 la cifra creció a cuatro mil 855, es decir, un alza del 32.6 por ciento.

“Creí que había comprado una ganga, pero sólo me trajo problemas”
Natalia fue víctima de “carding” hace apenas unas semanas. Todo comenzó cuando llegaron las rebajas en su tienda de ropa favorita. Encontró un vestido que le gustó con 50% de descuento, pero en la tienda física no tenían de su talla, por lo cual los trabajadores del establecimiento le sugirieron pedirlo en línea.

Entró entonces a la plataforma digital y encontró ahí la prenda, aún más barata que en la tienda física, donde costaba 500 pesos, incluyendo ya el descuento de la rebaja, mientras que en la página estaba a sólo 350.

Lo agregó a su carrito virtual, llenó los datos para el envío y pagó el monto. El vestido debía llegarle en una semana.

Sin embargo, pasaron los siete días y la prenda nunca llegó. Buscó en su correo pero no había rastro de la compra, llamó al teléfono de la tienda y le dijeron que no había ningún pedido con el supuesto código de rastreo. Entró a buscar la página de internet y no encontró nada de ella.

Tras investigar en su historial se percató que hizo la compra en una página falsa, misma que ya había sido dada de baja.

Sin embargo, los delincuentes no sólo la fraudearon con el pago del vestido, sino que además extrajeron los datos de su tarjeta para hacer varias compras “hormiga”.

“No había revisado mis estados de cuenta y no tenía activadas las notificaciones en mi teléfono, pero cuando vi los gastos, me di cuenta que en tres semanas compraron en Mercado Libre, en una tienda de tenis y pagaron Spotify. No fue mucho, fueron alrededor de tres mil pesos, pero estoy segura de que si no hubiera cancelado mi tarjeta así hubieran seguido y no hubiera sido fácil darme cuenta. Creí que había comprado una ganga, pero sólo me trajo problemas”.

Y así fue. Natalia primero presentó una queja ante su banco por las compras no reconocidas; sin embargo, la institución bancaria no quiso hacerse responsable, porque sustentaron que “los datos habían sido ingresados de manera voluntaria”.

“Ya no quise pelear, por eso mejor decidí dar de baja la tarjeta y pedir que me dieran otra. Es feo y cansado porque no sólo es lo que te roban, sino que te baja el ánimo darte cuenta de que caíste en un fraude, y además te robaron; más la pérdida del tiempo en ir, reclamar, que no resuelvan y hacer todo el trámite de nuevo”, lamentó la mujer.