La actriz tapatía disfruta interpretar el rol de una abuela joven en la serie “Madre sólo hay dos”, cuya segunda temporada fue anunciada ayer.
Agencias.- La actriz tapatía Liz Gallardo recién estrenó la serie “Madre sólo hay dos”, donde comparte créditos con Paulina Goto y Ludwika Paleta, dos mujeres que tienen que convivir tras enterarse que sus hijas fueron intercambiadas al nacer. Y tras un emotivo final de temporada, ayer Netflix confirmó que habrá una segunda entrega, la cual aún no tiene fecha definitiva de salida.
En la trama, Liz interpreta a “Tere”, la madre del personaje que hace Paulina Goto, “Mariana”. En entrevista, la actriz comparte lo bien que la pasó desarrollando este papel que tiene la pericia de complicarlo todo, aunque sus intenciones son buenas, casi siempre termina arrepentida de las decisiones que toma.
“Mis compañeros me dicen que es la más divertida de todas, que está reloquilla y que los hace reír. Ella se complica todo, pero así hay gente, la neta. Es una característica muy particular de su personalidad que la hace ser muy divertida, pero que sí dices, ‘¡ay, pobre mujer!’. Tiene una carencia de desarrollo personal, al ser madre tan joven, trunca su vida y su proceso evolutivo de maduración porque está viviendo una etapa que no le correspondería. Entonces, quedan rezagadas cosas que no termina de cerrar y por eso le pasa lo que pasa”.
Antes del enredo del intercambio de las bebés, “Tere” sostuvo un encuentro sexual con el marido de “Ana” (Ludwika Paleta) y nunca imaginó que se volvería a reencontrar con él tras este hecho. Donde hubo fuego, cenizas quedan y aunque quieren evitar acercarse, terminará por complicarse todo: “La gente está queriendo mucho a ‘Tere’ porque a pesar de que está medio loquilla, que es un desastre su vida y que elige mal a los hombres, tiene una relación muy particular con ‘Mariana’, parece que se invirtieron lo papeles y la mamá es como la hija y la hija es como la mamá, esas cosas pasan en la vida, yo he visto casos donde como la mamá es más joven los hijos se vuelven maduros por supervivencia”.
Sin embargo, en el fondo de todos estos errores que comete, “Tere” ama a su hija y está dispuesta a hacer todo por ella, “porque como quien dice, la maternidad la agarró en curva”. Y ese es el acierto de “Madre sólo hay dos”, presentar las distintas caras de la maternidad; cómo cada mujer que afronta su rol de madre, tiene una perspectiva de la vida muy distinta.