De acuerdo con científicos reunidos en el Instituto Nacional de Cambio Climático en Quintana Roo, existe la posibilidad de que el polvo proveniente del desierto del Sahara, esté enriqueciendo con nutrientes al sargazo en su paso por el océano Atlántico.
Los especialistas explicaron que desde hace unos años los vientos han estado llevando polvo muy fino a la alta atmósfera, y con mayor cantidad, desde la sequía que empezó en los años setenta en el continente africano.
Detallan, que este polvo contiene principalmente fosfatos y hierro que son abonos muy eficaces para algas y plantas. Además, este polvo sigue las corrientes aéreas y cae en forma de lluvia en el Atlántico, en el Caribe y en la selva del Amazonas, en Brasil.
A lo anterior se agrega el aumento del abono en los productos agrícolas, el incremento de plancton y la lixiviación de las tierras agrícolas a través de los ríos hacia el mar, además del cambio climático.
Todos estos factores producen que, desde 2018 y en lo que va del año el Caribe Mexicano reciba un mayor volumen de sargazo en la historia con recales de entre 3 a 5 veces más que en 2015.