El cártel de la comida… implicados: Fox, Calderon y EPN

Fox la impulsó, Calderón la encumbró y Peña Nieto la consagró. Esta es la historia de La Cosmopolitana, una empresa de alimentos que acaparó contratos millonarios en los últimos sexenios. Julio Scherer fue abogado de este consorcio hasta hace unos meses.

Eran las 13 horas y miles de reos del Penal Estatal de Puente Grande en Jalisco esperaban su turno para pasar frente al cocinero que con el cucharón servía a cada uno el menú del día: sopa de lentejas, ceviche de soya, frijoles de la olla, salsa roja y tres tostadas. Pero algo en ese plato no olía bien y hubo quienes prefirieron aguantar el hambre hasta la cena y devorar una porción de frijoles de la olla, pan dulce y café con leche.

Después, como cada noche, los presos se encaminaron hacia sus celdas. No habían llegado a ellas cuando muchos empezaron a sentir dolor de estómago y de cabeza, diarrea, sudores y náuseas. Hacia las 23:00 horas quedó claro que la noche de ese 24 de mayo de 2014 no sería igual a las demás.

Los quejidos y los gritos de auxilio a la enfermería hicieron sonar las alarmas. Los reos pelearon por el único retrete dentro de sus congestionadas celdas. Quienes no lograron abrirse paso entre sus compañeros tuvieron que defecar o devolver el estómago ahí mismo en el suelo.

No se trató de una decena de reos intoxicados; tampoco de 450 como reportó el gobierno a la prensa en los días que siguieron. Según documentos, hasta ahora inéditos, 683 reos, la mayoría jóvenes, cayeron enfermos, 640 con diarrea. La escena era dantesca. La de ese día fue una de las intoxicaciones más numerosas en la historia reciente de las cárceles en América Latina.

Los internos enfermaron de salmonelosis, causada por una bacteria que viaja en las heces de animales y humanos, y que las autoridades encontraron en 81 muestras tomadas a los enfermos, según informó el 28 de mayo el Laboratorio Estatal de Salud Pública. La “probable fuente de infección” fue el ceviche de soya que les sirvieron ese día.

“Estábamos en shock”, recordó José, exmiembro del Cártel de Jalisco Nueva Generación, que estaba preso y que recuerda haber visto a muy pocos médicos y enfermeros atendiendo el brote. “¿Qué va a pasar? ¿Cuántos nos vamos a morir?”, la idea le atormentó aquella noche. José, que pidió la reserva de su nombre completo, dijo que la cárcel estuvo a punto del descontrol; los custodios y las autoridades se vieron sobrepasadas.

La crisis se diluyó días más tarde y, para fines oficiales, el contrato por casi 196 millones de pesos (mdp) que tenía La Cosmopolitana siguió en pie y el capítulo quedó cerrado con una sanción de 331 mil pesos y un donativo por 720 mil para remodelar la cocina. Esta no era la primera crisis relacionada con la comida que protagonizó esta compañía y tampoco fue la última.

De acuerdo con un informe inédito que elaboró la Comisión Nacional de Seguridad, justo la comida y la falta de agua para beber estuvieron entre las principales razones que animaron el motín en Islas Marías, Nayarit, el 2 de febrero de 2013. La revuelta dejó 32 heridos, algunos de ellos por impactos de bala, y causó graves daños a edificios y vehículos, como muestran fotografías en poder de este medio.

Además, una revisión de cientos de páginas de auditorías, informes, amparos de presos y quejas ante Derechos Humanos, además de una serie de estudios hechos entre reos y custodios, reveló que persistieron los problemas con la calidad, la cantidad y la higiene de los alimentos.

Con información del informador.