El jurado en el caso contra Joaquín «El Chapo» Guzmán concluyó este lunes la quinta sesión de deliberaciones con dudas entre sus miembros, que cuestionaron si debía haber unanimidad en todas las violaciones contra el narcotraficante, lo que revela la falta de acuerdo en, al menos, uno de los delitos que se le imputan.
Después de más de treinta horas de reunión entre los cuatro hombres y ocho mujeres que deciden sobre el futuro del mexicano, los miembros parecen atascados todavía en el primer cargo de narcotráfico contra Guzmán, el de mantenimiento de una empresa criminal continuada.
«¿Una violación tiene que ser probada o no probada de manera unánime?», preguntaron en una nota entregada al juez del caso en la corte federal de Brooklyn (Nueva York), Brian Cogan, quien la leyó en voz alta a las partes.
El primer cargo es el más importante de los diez que la Fiscalía estadounidense acusa al Chapo y abarca 27 violaciones, relacionadas con envíos de drogas y encargos de asesinato, y su condena de culpabilidad en este delito podría suponer la cadena perpetua.
En concreto, las violaciones en las que los jurados parece que no han encontrado el quórum son, al menos, la 16 y la 18, ambas relacionadas con envíos de cocaína desde Colombia, de 19 mil kilos el primero y más de cuatro mil el segundo.
Esta conclusión se desprende de otra de las peticiones que hizo el jurado, en la que requirió el testimonio de un agente de la DEA que participó en los decomisos de dichos envíos de droga, que se produjeron en barcos y en un submarino.
Sin embargo, Cogan acordó con la fiscalía y la defensa remitir al jurado las instrucciones sobre la deliberación que el juez leyó hace una semana en la sala, en las que se indicaba que, para declarar culpable a Guzmán del primer cargo, tendrían que concluir de manera unánime su culpabilidad en al menos tres de los cargos.
El alegato que requirieron fue leído en voz alta por las taquígrafas de la Corte, aunque el juez decidió que un segundo testimonio, de un guardacosta estadounidense que participó en las mismas incautaciones, les fuera entregado impreso para ahorrar tiempo.
El hecho de que los jurados presenten dudas y la deliberación se alargue es una pequeña victoria para la defensa del Chapo, que hoy saludó jovial a sus abogados ante la corte a última hora de la tarde, vistiendo un traje azul oscuro y corbata de rayas.
Justo después saludó con un ademán a su esposa Emma Coronel, sentada entre el público, a pesar de que el juez prohibió ese tipo de intercambios.
El juicio contra el presunto narcotraficante, el caso más importante de esta índole que se ha celebrado en Estados Unidos, se encuentra a punto de entrar en su cuarto mes, después de las testificales de 56 testigos presentados por la fiscalía, 14 de ellos cooperantes con el Gobierno, frente a solo uno de la defensa.
A pesar de que fuentes cercanas al caso esperaban una rápida conclusión de las deliberaciones, solo uno o dos días, los jurados han requerido las transcripciones de semanas de interrogatorios desde que arrancaron sus reuniones el pasado lunes 4 de febrero.
Entre dichos interrogatorios, se encuentran algunos antiguos colaboradores muy cercanos del Chapo, como Jesús «Rey» Zambada y Vicentillo Zambada, hermano e hijo de Ismael «Mayo» Zambada, respectivamente-, su antigua «mano derecha y mano izquierda» Dámaso López, o Juan Carlos Ramírez Abadía «Chupeta», que fue líder del cartel colombiano del Norte del Valle.
La deliberación continuará mañana martes en la sexta jornada de deliberación de un juicio que se ha celebrado entre las máximas medidas de seguridad tras las dos fugas de El Chapo Guzmán de prisiones en México.