Un grupo de manifestantes quemó la madrugada de hoy la Casa de la Memoria y la Juventud, un centro cultural del oeste de Caracas creado en honor al diputado oficialista Robert Serra, asesinado en octubre de 2014 a sus 27 años, un dirigente que el chavismo ha calificado de «mártir».
En videos difundidos en las redes sociales se aprecia cómo varias personas que participaban en las protestas antigubernamentales de ayer, y que se extendieron hasta la madrugada de este martes, arrojaban bombas molotov contra la sede cultural y gritaban consignas contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
El centro funcionaba en el oeste de Caracas, asiento de los poderes públicos y una zona considerada bastión del chavismo, que gobierna en Venezuela desde 1999.
El ministro de Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, calificó el hecho como un «crimen cultural», al tiempo que acusó a un «grupúsculo fascista» de ser el responsable del hecho.
Asimismo, difundió fotografías de los libros y actividades infantiles que se realizaban en la institución, ubicada en las cercanías de un módulo policial.
Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), al menos 30 manifestaciones se registraron cerca de la medianoche de ayer en Caracas, la mayoría en barriadas del municipio de Libertador, un territorio gobernado por el oficialismo.
Cerca de una decena de esas protestas continuaron en las primeras horas de este martes -ya cesaron- y los ciudadanos dieron cuenta de ello a través de las redes sociales, en las que circulan numerosas fotografías y videos que muestran cortes de vías.
Ninguna autoridad se pronunció al respecto, pero abundaron las imágenes que mostraron a las fuerzas del orden tratando de disuadir las manifestaciones, en algunos casos disparando gases lacrimógenos en zonas residenciales.
Estas manifestaciones ocurrieron un día antes de la jornada a la que ha convocado la oposición para mañana en rechazo de la legitimidad del nuevo mandato presidencial que juró Maduro ante el Supremo hace casi dos semanas, y que le mantendrá en el cargo, al menos, hasta 2025.
El líder chavista ganó con amplio margen los comicios presidenciales de mayo pasado, pero la oposición los tachó de fraudulentos y los boicoteó.
Por esta razón, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), así como varios Gobiernos de la región, no reconocen la legitimidad de su segundo término.