Durante varios años Joaquín «Chapo» Guzmán trabajó en planes para un libro y una película sobre su vida que él mismo deseaba dirigir, contó el lunes en su juicio en Nueva York su ex mano derecha Alex Cifuentes, que colabora con el gobierno estadounidense.
El ex jefe del Cártel de Sinaloa, que puede ser condenado a cadena perpetua si es hallado culpable de traficar más de 155 toneladas de drogas a Estados Unidos, trabajó desde fines de 2007 hasta por lo menos el arresto de Cifuentes en noviembre de 2013 en un proyecto para filmar una película autobiográfica.
La idea fue de Angie, la primera esposa de Alex Cifuentes, quien dijo al capo narco que él debía hacerla y embolsarse el dinero del eventual éxito de taquilla, y no regalar la oportunidad a un gran estudio cinematográfico.
Al «Chapo»‘le encantó la idea», contó al jurado Cifuentes, que vivió y trabajó codo a codo con él en las montañas de Sinaloa entre 2007 y 2009.
«¿Qué papel tenía el acusado» en la película?, le preguntó la fiscal Gina Parlovecchio. «El director», respondió Cifuentes al comenzar la novena semana de juicio en la corte federal de Brooklyn.
«El Chapo» también contrató a un productor colombiano llamado Javier Rey para que le ayudara con el guión, y tanto él como sus familiares le dieron información, señaló.
Tras el arresto de Cifuentes, un borrador fue entregado a un sobrino del «Chapo», Jimmy, hijo de su hermano Iván, y otro borrador fue enviado «a los abogados de Joaquín», dijo el testigo.
«El Chapo» fue arrestado por última vez en Sinaloa el 8 de enero de 2016, seis meses después de su segunda fuga espectacular del Altiplano y poco después de una reunión clandestina con la actriz, Kate del Castillo y el actor estadounidense, Sean Penn, que le entrevistó para la revista Rolling Stone.
El capo quería que del Castillo lo asesorase en su película y actuase en ella, según las investigaciones del gobierno mexicano.
Según Cifuentes, «El Chapo» no dudaba en utilizar la violencia cuando lo estimaba necesario.
Cuando el narcotraficante se enteró de que su jefe de comunicaciones, el colombiano Christian Rodríguez, colaboraba con el FBI, le pidió a Alex Cifuentes que lo buscara y lo matara.
Y a Memín, un joven empleado mexicano que le robó dinero para comprarse en Honduras un Mercedes Benz a escondidas, ordenó darle una paliza que lo dejó «enyesado de pies y manos».