Joaquín “El Chapo” Guzmán le pidió a su esposa Emma Coronel zapatos de talla siete mexicana, pantalones, y hasta tinte para su bigote el 22 de febrero del 2012, cuando escapó de milagro de una redada que las autoridades mexicanas y estadounidenses hicieron en su casa de Cabo San Lucas, en el Pacífico mexicano.
«Todo ocurrió muy rápido», supuestamente le escribió por mensaje de texto Guzmán a Coronel tras explicarle que vio a policías golpeando la puerta de una casa vecina y se vio forzado a salir a toda prisa.
«Oh querido eso es horrible», le respondió Coronel, según leyó en inglés un agente del FBI mientras testificaba en el juicio a Guzmán que se celebra en Brooklyn.
El agente, Stephen Marston, explicó el miércoles que el encargado de las comunicaciones internas del Cártel de Sinaloa entregó esos mensajes de texto entre «El Chapo» y su esposa a las autoridades estadounidenses. El ingeniero técnico, un colombiano llamado Cristian Rodríguez, colaboró de forma secreta con las autoridades estadounidenses desde el 2011 hasta el 2013.
Los mensajes pasaban de los comentarios de dos padres sobre sus hijas a las operaciones del grupo criminal: la pareja habla de lo lindas que son sus pequeñas gemelas para pasar después a preguntas sobre si ciertos hombres asesinados pertenecían al cartel.
«El Chapo», uno de los narcotraficantes más conocidos y ex líder del Cártel de Sinaloa, se ha declarado inocente de supuestamente acumular una fortuna multimillonaria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable enfrentaría una posible sentencia a cadena perpetua. Guzmán enfrenta 11 cargos, que incluyen delito por tráfico de drogas, por tráfico de armas, por lavado de dinero y por participación en empresa criminal.
Coronel, que se encontraba entre el público en el juicio, escuchó el testimonio de Marston con una expresión de seriedad.
La información que Rodríguez entregó a las autoridades estadounidenses sobre «El Chapo» es parte de la evidencia más dañina contra el narcotraficante que se ha oído hasta ahora en el juicio, ahora en su octava semana. El martes Marston testificó que Rodríguez entregó al FBI claves telefónicas y llamadas en las que se oye a Guzmán hablando de túneles, drogas y calmando a sus trabajadores para que no golpeen a miembros de la policía. Segmentos de esas llamadas pudieron escucharse por primera vez en la sala donde se juzga a Guzmán.
Los mensajes de texto presentados el miércoles fueron conseguidos porque Rodríguez colocó software de espionaje en las Blackberry de los miembros del Cártel de Sinaloa. En un mensaje, Guzmán habla de «Kiki» o María Joaquina, una de sus gemelas, que ahora tienen siete años. En el 2012 tenían seis meses y al hablar de eso con Coronel, Guzmán le dijo por mensaje de texto: «Nuestra Kiki es valiente. Voy a darle un AK 47 para que esté conmigo», leyó Marston en inglés. En otra conversación, Coronel le pide dinero a Guzmán para cirugía plástica.
Sin embargo, los mensajes de texto mostrados no sólo eran con Coronel. La fiscalía también mostró mensajes entre Guzmán y Agustina Cabanillas, quien además de traficar droga para «El Chapo» era su amante.
«Eres la persona más importante del mundo para mí», le dice Guzmán en un momento dado.
Cabanillas fue encontrada y arrestada junto a otros dos trabajadores de «El Chapo» durante la redada del 2012 de la casa de Cabo San Lucas de la que Guzmán escapó a tiempo. En los mensajes de texto previos entre Cabanillas y Guzmán se habla de una liposucción que ella se hizo y logística de operaciones de tráfico de drogas, además de negocios en países como Belice y Ecuador.
El miércoles el jurado también pudo ver mensajes de texto entre Guzmán y el padre de Coronel, Inés Coronel, quien trabajaba para «El Chapo».