La Corte Suprema de Estados Unidos abordará este lunes por primera vez en casi diez años la cuestión del control de armas, con una mayoría de sus jueces de tendencia conservadora que podrían reforzar aún más los derechos de los propietarios de fusiles y revólveres.
En Estados Unidos, donde cerca de 40 mil personas mueren cada año por disparos de arma de fuego, la Constitución consagra a través de su segunda enmienda el «derecho de las personas a poseer y portar armas».
Un fallo de la Corte Suprema considerado un hito dictó en 2008 que la enmienda garantizaba el derecho individual de poseer un arma y anuló una ley que prohibía las pistolas en Washington. Luego, en 2010, dijo que esa decisión era aplicable a nivel estatal y federal.
Sin embargo, según Joseph Blocher, profesor de derecho en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, el máximo tribunal «no ha dicho demasiado sobre cómo las cortes deberían evaluar la constitucionalidad de otras leyes de armas, como las restricciones a las armas de asalto, los cartuchos de alta capacidad y el porte encubierto».
Desde 2010, la Corte Suprema ha rechazado sistemáticamente casos vinculados a las armas.
Pero este año ha aceptado por primera vez en casi una década resolver uno sobre restricciones a las armas impuestas en la ciudad de Nueva York en nombre de la seguridad pública y a las que se opone la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).
Al abordar este caso, puede que la corte aproveche la oportunidad para aclarar cómo pueden decidir los juzgados si el control de armas es legal o no.