El presidente colombiano Iván Duque ordenó el viernes un toque de queda en la capital del país en medio de los continuos disturbios provocados por una manifestación masiva.
Duque anunció en su cuenta de Twitter que había solicitado que el alcalde de Bogotá aplicara el toque de queda a partir de las nueve de la noche en toda la ciudad “para garantizar la seguridad de todos los bogotanos”.
El toque de queda se impondrá un día después de que aproximadamente 250.000 personas salieran a las calles en una de las marchas más grandes de la historia reciente de la nación.
El viernes hubo enfrentamientos dispersos entre manifestantes y policías.
Cali, la tercera ciudad más grande del país y afectada el jueves por disturbios, impuso la víspera también un toque de queda. Dos municipios más pequeños se vieron obligados a tomar medidas similares tras verse rebasados por bandas de vándalos.
Según la alcaldía de Bogotá, 79 buses del sistema local de transporte público fueron vandalizados el viernes y 40 estaciones cesaron sus operaciones tras recibir ataques de enmascarados.
Mientras tanto, una protesta en la histórica Plaza de Bolívar a la que asistieron unas 3.000 personas con sus ollas y cacerolas fue interrumpida sólo 15 minutos después de comenzar por policías antimotines que dispersaron al grupo con gases lacrimógenos.
No querían que el pueblo muestre su descontento” dijo Rogelio Martínez, un obrero de 38 años que huyó de la plaza tras desatarse varias rondas de gas lacrimógeno. “Quería participar en este cacerolazo, pero nos sacaron con gases.”
Las protestas iniciaron el jueves, cuando unas 250.000 personas marcharon en distintas ciudades del país en medio de un paro nacional.
Los manifestantes se oponen a una serie reformas económicas propuestas por el gobierno de Duque, que incluyen cambios al sistema de pensiones, así como medidas que permitirían a empresas contratar a sus empleados por horas.
Durante las marchas, miles también han expresado su frustración por los asesinatos de más de 100 líderes sociales en áreas rurales desde que comenzó el gobierno de Duque, y algunos exigieron mejorías en la implementación de un acuerdo de paz firmado en 2016 con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las protestas han sido convocadas por una amplia gama de sindicatos, grupos estudiantiles y organizaciones indígenas cuyos líderes dicen estar motivados por las recientes movilizaciones en Chile y Ecuador.
Una organización que coordina a estos grupos, conocida como el Comité Nacional del Paro, dijo el viernes que las manifestaciones callejeras seguirán hasta que el presidente Duque establezca una mesa de negociación con los grupos afectados por sus medidas económicas.
El gobierno no ha revelado intenciones de negociar, aunque el presidente dijo en un discurso tras el paro del jueves que pretende acelerar su “agenda social y de lucha contra la corrupción.”
Para incrementar la presión sobre el gobierno, el Comité de Paro tiene planificada otra protesta el lunes y se reunirá de nuevo el martes para decidir más medidas.
El gobierno pretende descargar la crisis económica sobre los hombros y bolsillos de la sociedad”, dijo José Cárdenas el secretario general de ACREES, una de las principales organizaciones estudiantiles de Colombia. “Eso no lo vamos a permitir.”
Las protestas han sido pacificas en su mayoría. Sin embargo, varios incidentes de saqueo y vandalismo se reportaron el jueves por la noche y el viernes después de las grandes marchas alrededor del país.
Según el gobierno nacional, tres personas murieron en el departamento del Valle del Cauca en los disturbios del jueves, incluyendo dos ciudadanos en el puerto de Buenaventura, y uno en el municipio de Candelaria.
El Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, aseguró que estas personas murieron en medio de saqueos a un supermercado y un centro comercial.
Cali, la tercera ciudad más grande del país, también se vio afectada por los disturbios que impulsaron a su alcalde a declarar la víspera un toque de queda. Dos municipios más pequeños se vieron obligados a tomar medidas similares tras verse rebasados por bandas de vándalos.
El director de la policía, Óscar Atehortua, informó que más de 150 policías resultaron heridos en la jornada del jueves, la mayoría en Bogotá y Cali, y 98 personas fueron detenidas.
A pesar de los disturbios en algunas partes del país, muchas personas volvieron a salir el viernes con sus ollas en la mano para expresarse mediante un rítmico cacerolazo.
Aunque sólo tengo 16 años, soy consciente que las cosas en nuestro país no están marchando bien” dijo Sofía Otalvaro, una estudiante de bachillerato que asistió al ‘cacerolazo’ en la Plaza Bolívar antes de que esta manifestación fuera interrumpida por la policía.
No estamos de acuerdo con las medidas económicas de Duque porque va a acabar con nuestro futuro”, agregó.