Unos 12 mil efectivos de organismos de seguridad, que incluyen a cuerpos de Policía y de las tres Fuerzas Armadas, fueron movilizados hoy en Brasilia para garantizar la seguridad durante la investidura de Jair Bolsonaro como presidente.
El despliegue de policías y soldados, que incluye el refuerzo de blindados y helicópteros, con cazabombarderos listos para despegar frente a cualquier amenaza, militarizó por completo la zona central de Brasilia, donde se concentrarán todos los actos relativos a la toma de posesión del líder de la ultraderecha.
Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que ganó las elecciones de octubre pasado con un 56 % de los votos, prestará juramento en la sede del Congreso alrededor de las 15.00 hora local (17.00 GMT) y se convertirá en el trigésimo octavo presidente de la República Federativa de Brasil.
Partidario del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este veterano congresista de 63 años llegó al poder con una agenda contra la corrupción y a favor de las armas que ha impulsado a los conservadores y a los partidarios de la ultraderecha tras cuatro elecciones presidenciales consecutivas en las que salió victorioso el izquierdista Partido de los Trabajadores.
Antes, recorrerá la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de Brasilia en la que las autoridades esperan hasta cerca de medio millón de personas, aunque esa cifra pudiera ser mucho menor, debido a una persistente lluvia que cae hoy sobre la ciudad.
Los organizadores de la ceremonia aún no han decidido si el nuevo presidente hará ese trayecto en un Rolls Royce «Silver Wraith» sin capota del Gobierno o en un coche cerrado, lo que sólo será definido sobre la marcha y en función, entre otros factores, del clima.
En los actos se espera la presencia de los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Martín Vizcarra; y Uruguay, Tabaré Vázquez.
Asimismo, asistirán los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu; Hungría, Viktor Orbán; y Marruecos, Saadedine Othmani; así como los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, entre otras autoridades.
El representante de Estados Unidos será el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el de China el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular, Ji Bingxuan.
La representación española estará encabezada por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y por el viceministro de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, que se sumarán a delegaciones de otros 60 países.
Una vez que jure el cargo y pronuncie su primer discurso ante el Parlamento como nuevo mandatario, Bolsonaro se dirigirá al vecino Palacio presidencial de Planalto, donde recibirá la banda de manos del gobernante saliente, Michel Temer.
Pronunciará entonces un segundo discurso ante las personas que se congreguen frente al palacio presidencial, donde recibirá el saludo de las autoridades extranjeras y encabezará la ceremonia en la que asumirán sus cargos los 22 miembros de su Gabinete.
Siete de los 22 ministros del gobierno de Bolsonaro formaron parte del ejército en el pasado, más que en cualquier otro gobierno de la dictadura brasileña (1964-1985). Esto elevó el temor entre sus opositores a una vuelta a un gobierno autocrático, pero Bolsonaro insistió en que respetará la Constitución. El vicepresidente del país será el general retirado Hamilton Mourao.
Los actos concluirán al caer la noche, con una recepción de gala ofrecida en la sede de la Cancillería por el nuevo presidente, cuyo mandato concluirá el 1 de enero de 2023.