Las fuerzas armadas del gobierno sirio bombardearon el miércoles un campamento que alberga a personas desplazadas cerca de la frontera turca, en el noroeste del país, impactando un área cerca de un hospital de maternidad y matando a por lo menos a 15 personas, entre ellos seis niños, informaron activistas de la oposición siria.
El ataque sucedió horas después de que seis civiles murieran por un ataque aéreo en un área cercana.
Los ataques muestran que una frágil tregua declarada hace casi tres meses se ha venido abajo al intensificarse la violencia en y alrededor de la provincia Idlib, el último gran bastión rebelde en el país.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, afincado en Gran Bretaña, dijo que las fuerzas del gobierno cañonearon el campamento Qah, matando a 15 personas e hiriendo a otras. El ataque provocó incendios en varias carpas.
Los dos misiles tierra-tierra impactaron un área en el campamento cerca de un hospital de maternidad y entre los fallecidos hay dos mujeres y seis niños, dijo el grupo.
El Centro de Medios de Alepo, un colectivo de activistas, también reportó que el gobierno disparó cohetes contra el campamento la tarde del miércoles, matando a 15 personas e hiriendo a más.
En el pueblo de Maare al-Numan, también en el noroeste de Siria, un ataque aéreo mató al menos a seis personas e hirió a otras, según el Observatorio y el grupo opositor Defensa Civil Siria, también conocidos como Cascos Blancos.
La prensa estatal siria reportó que los insurgentes dispararon artillería contra la parte norte de Alepo, la ciudad más grande de Siria. No informó sobre víctimas.
Hace unos meses, las tropas sirias lanzaron una ofensiva de cuatro meses contra el último bastión del país controlado por la oposición, que está dominada por milicianos vinculados a Al Qaeda.
La ofensiva del gobierno obligó a cientos de miles de civiles a huir de sus casas. Un frágil cese al fuego frenó el avance al final de agosto, pero en semanas recientes ha sido violado en varias ocasiones.