Gavin Newsom, gobernador de California, en Estados Unidos, dio a conocer que en una orden ejecutiva que quedan cancelada la pena de muerte en ese estado, según comunicó su oficina mediante una nota de prensa.
«Se trata de quién soy como ser humano, de lo que puedo o no puedo hacer. Para mí, esto es lo correcto» dijo a los medios de comunicación mientras firmaba el decreto: Una de las razones, es que varias personas han sido ejecutadas tras ser condenadas de manera errónea.
La decisión se complementa con medidas tales como una moratoria para las 737 personas que fueron condenados a cadena de muerte, lo que no se aplica para modificar sentencia alguna, la orden de cerrar la sala de ejecuciones de la Presión Estatal de San Quintín y la derogación de los protocolos de inyección letal en el estado de California.
Todas las disposiciones se producen luego del rechazo de los californianos en 2016 a la propuesta número 62 con la que se pretendió acabar de manera inicial con la pena capital, al igual que en ese mismo año, se daba apoyo a la propuesta 66, que era para agilizar los procesos penales contra reclusos sentenciados a muerte.
El gobernador de California, dice que Estados Unidos no puede proclamarse como “sociedad civilizada” mientras su Gobierno siga autorizado “la ejecución premeditada y discriminatoria de su gente”, según dice en el comunicado que compartió a un grupo reducidos de medios.
Ya en 2016, manifestó desde su cuenta de Twitter, que la pena de muerte es una “política fallida” y “fundamentalmente inmoral”.
El apoyo social a la ejecución de presos ha disminuido significativamente en décadas: de 78% a favor frente a un 18% en contra de 1996, se ha pasado cifras de 54% y 39%, respectivamente.