La Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó a detener la violencia en Iraq, donde han muerto más de 100 personas y unas cuatro mil han resultado heridas en el marco de las protestas que iniciaron el martes en Bagdad y otras provincias del Sur del país.
“Cinco días de muertes y lesiones reportadas. Esto debe detenerse”, indicó en un mensaje de Twitter la representante especial del secretario general de la ONU en Iraq, Jeanine Hennis-Plasschaert.
Miles de iraquíes han salido a las calles a protestar contra la corrupción, los altos índices de desempleo y la falta de servicios básicos.
El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, levantó ayer el toque de queda sobre Bagdad, impuesto el jueves pasado en respuesta a las movilizaciones que iniciaron en la capital del país.
La mayoría de los manifestantes son jóvenes hartos de la falta de reformas y oportunidades, para los que una serie de acontecimientos recientes fueron la gota que colmó el vaso.
La escasez de servicios médicos y educativos, electricidad y agua potable, el aumento del paro y la falta de respuestas a las demandas de reforma son los más importantes motores que movilizaron a los manifestantes, según el profesor de Sociología Política de la Universidad de Mustansiriyah en Bagdad, Abd Mohamed Zaid.
A ello hay que sumar los altos niveles de corrupción en las instituciones públicas, afirmó el profesor.
Al contrario que en protestas anteriores, en esta ocasión ningún partido político se ha puesto al frente de las marchas y los que salen a las calles son, sobre todo, jóvenes desempleados, personas con ingresos bajos, y graduados y posgraduados universitarios que no lograron oportunidades laborales.