Investigadores del Tecnológico de Monterrey encontraron en el hueso del aguacate una alternativa para disminuir las enfermedades cardiovasculares y reducir el riesgo de cáncer relacionado al consumo de conservadores.
El grupo liderado por la investigadora Carmen Hernández Brenes encontró moléculas llamadas acetogeninas que pueden ser usadas como medicamentos y conservadores de alimentos.
La institución educativa privada señaló en su portal en Internet que el consumo de aguacate en México es, en promedio, de 11.6 kilogramos por persona al año.
Hernández Brenes explicó que avocardio es un ingrediente que puede emplearse en alimentos o suplementos como una alternativa natural para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Mientras que el avosafe es un conservador natural más efectivo y seguro. Las acetogeninas, detalló, tienen un efecto anticoagulante que previene que se formen bloqueos en el torrente sanguíneo, reduciendo las embolias e infartos.
Este efecto, dijo, es similar al que tienen medicamentos como la aspirina, pero al ser un tratamiento natural no tendría efectos secundarios.
«Sirve para productos que estén listos para consumirse, como por ejemplo, una ensalada de pollo donde hay un clima cálido y tienes que asegurarte de que las personas no se van a enfermar», señaló
La investigadora dijo que el trabajo ya ha sido protegido con patentes, pero existen protocolos para que los productos sean aprobados por agencias de salud nacionales e internacionales.
Por su parte, Dariana Rodríguez, integrante del equipo de investigación, aseguró que a pesar de que Avocardio no elimina completamente las enfermedades cardiovasculares, puede ser utilizado de manera preventiva.
«El producto puede ser consumido especialmente por las personas que tienen alto riesgo de padecer un infarto o una embolia o personas que las han sufrido y tienen que llevar un tratamiento de por vida», señaló.
Las acetogeninas, externo, también pueden ser utilizadas como conservadores naturales sustituyendo a los que contienen nitrito, relacionado con el desarrollo de cáncer.
Mencionó que estas moléculas tienen un amplio espectro de uso, así que no se limitan a la carne, como otros conservadores, sino que pueden ser usadas en el queso o en alimentos preparados.
El proyecto, apunto, nació hace más de 10 años a partir del acercamiento entre una empresa que utiliza la pulpa del aguacate para hacer guacamole con fines comerciales y el Tecnológico de Monterrey.
La empresa desechaba el sobrante por lo que se acercó al Centro de Biotecnología del Tec de Monterrey, donde comenzaron a investigar si habría algún uso para esos desechos, expuso.
En primera instancia, dijo, la intención era ayudar a resolver un problema ambiental derivado de los desechos del aguacate, sin embargo, al analizar el contenido del hueso se dieron cuenta que podían darle un uso.
Manifestó que fue entonces donde descubrieron la presencia de las acetogeninas y comenzaron su trabajo que actualmente se encuentra en fase de pruebas y pronto podría ser consumido por humanos.
Como primera fase, expuso, las moléculas serán añadidas a diversos alimentos, pero podría ser sintetizado como una píldora en el futuro. Las moléculas son seguras para el consumo humano, sin embargo, aún se estima una investigación de aproximadamente dos años más, añadió.
Sostuvo que «la ventaja es que ya estamos consumiendo las moléculas, están en el hueso, pero también están en la pulpa, entonces de alguna forma el humano ya tiene cierta exposición».
Las especialistas señalaron que en el estudio se utilizó aguacate Hass, el cual también es conocido como palta o avocado y con el que México se ha consolidado como el principal productor del mundo.