Chaparro, güero y saltarín. Le llamaron «Piojo». Miguel Eduardo Herrera Aguirre cumple 51 años de edad en un momento en que su carrera está en un punto óptimo.
Campeón del futbol mexicano por segunda vez, ambas con América, ya mundialista; técnico innovador, líder e iracundo, así es el «Piojo» de la gente.
Como futbolista se le conoció por enjundioso, siendo un delantero sin gol y un defensor sin mucho oficio. Su garra lo mantuvo a flote, esa garra que lo dejó fuera del Mundial de Estados Unidos 1994 y lo hizo campeón con Atlante.
José Antonio García fue quien le dio la oportunidad de ser técnico y descubrió en Herrera un entrenador preparado y campeón que evolucionó.
Comenzó con Atlante, se fue a Monterrey, perdió dos finales, descendió con Veracruz, experimentó con Tecos, volvió al Potro y de ahí saltó al América donde fue campeón en aquella dramática final de 2013 ante Cruz Azul.
Ese campeonato lo catapultó a la Selección, la clasificó de rebote e hizo un buen Mundial en Brasil 2014. Pudo continuar pero su carácter lo volvió a traicionar, agredió a un comentarista y tuvo que empezar de nuevo.
Lo hizo y volvió a la palestra. Otra vez campeón con América, el «Piojo» iracundo, güero, chaparro y saltarín, está de vuelta. Y ya tiene 51 años de edad.