El Manchester City conquistó la Copa de la Liga inglesa tras superar en penaltis al Chelsea (4-3), después de terminar empatados en los 90 minutos y en la prórroga.
El partido quedó marcado por la rebelión del arquero español Kepa Arrizabalaga, quien iba a ser cambiado por su entrenador, Maurizio Sarri, y se negó, en una situación surrealista que duró más de dos minutos, en los que el técnico del Chelsea pedía desde la banda que se retirara.
Kepa se negó a marcharse, con Willy Caballero esperando entrar a la cancha. Y el enfrentamiento llegó a un punto en el que Sarri, molesto, amagó con marcharse a vestidores.
Kepa se salió con la suya y se quedó en la tanda de penales, que fue ganada por el Manchester.