Terror y fascinación. Pánico y carisma. Misterio y violencia. Las etiquetas abundan para definir al “Joker”, el némesis eterno de “Batman” y también uno de los personajes de cómic más complejos que existen.
Quizás sea esta complejidad lo que lo vuelve tan atractivo para los actores que han aceptado meterse debajo de su maquillaje. César Romero, quien le dio vida en la serie de televisión sesentera de “Batman” sabía que era a este payaso a quien le debía buena parte de su popularidad, aunque ni eso ameritó que se afeitara el bigote. Se lo tapaba con maquillaje.
Jack Nicholson, en cambio, se lo pensó mucho para aceptar meterse en la piel del psicópata sonriente. Se dio el lujo de cobrar 6 millones de dólares (MDD) en una película con un presupuesto de 40 MDD. Era tal el deseo de tenerlo, que Tim Burton forzó a los estudios Warner a que se los pagaran.
Quien no se haría del rogar tanto fue Heath Ledger. El actor aceptó el rol luego de leer el guion de Christopher Nolan. La encarnación del villano intenso y salvaje dejaría al actor agotado emocionalmente en lo que fue, sin saberlo, el último papel de su vida.
Pasaría tiempo antes de que otro histrión se animara con el “payaso príncipe del crimen”, hasta que llegó Jared Leto, quien ofreció una imagen moderna y apegada a los cómics, pero que se vio opacada por la edición de la cinta “Escuadrón Suicida”. Iba a ser el villano principal y terminó de relleno.
Quizás por eso se lo pensó Joaquin Phoenix antes de aceptar el papel en la versión que ahora tenemos en cartelera, cortesía del director Todd Phillips. El histrión leyó, modificó y cambió todo lo que consideró necesario del guion para darle profundidad al personaje. El resultado es una actuación aclamada por la crítica.