Estados Unidos despidió ayer con un funeral de Estado al expresidente George H. W. Bush (1989-1993), quien fue homenajeado con una emotiva ceremonia oficiada en la Catedral Nacional a la que acudieron líderes políticos y miembros de la realeza de distintos países del mundo.
Después de que miles de ciudadanos pasaran los dos últimos días por la capilla ardiente instalada en el Capitolio para presentar sus respetos, una comitiva fúnebre trasladó ayer el féretro del exmandatario a la catedral, donde su familia aguardaba su llegada. Murió el pasado viernes.
Poco antes de que diera inicio la ceremonia, el presidente Donald Trump y su esposa, Melania, se sentaron en primera fila del templo junto a los expresidentes demócratas Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, quienes asistieron a la homilía con sus respectivas esposas, Michelle, Hillary y Rosalynn.
La llegada del actual inquilino de la Casa Blanca ofreció el único resquicio para la polémica de la jornada, puesto que mientras Obama y su esposa le dieron cordialmente la mano, Bill y Hillary Clinton, ubicados a medio metro de distancia, no quisieron saludarlo.
También asistieron a las exequias la canciller alemana, Angela Merkel, el rey Abdalá II de Jordania, el príncipe Carlos de Inglaterra, el presidente polaco, Andrzej Duda, y los exmandatarios de Polonia, Lech Walesa, de México, Carlos Salinas de Gortari, y de Reino Unido, John Major, entre otros líderes internacionales.