La anemia, un trastorno en la sangre que se caracteriza por la poca concentración de glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno en el cuerpo para los procesos fisiológicos, afecta principalmente a niños en edades preescolar, mujeres embarazadas y en edad reproductiva, así como a personas mayores de 60 años.
En el marco del Día de la Deficiencia del Hierro, que se celebró el pasado 26 de noviembre, la gerente médica de Takeda, Fernanda Prado, destacó que, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 25 por ciento de la población mundial presenta anemia, y la mitad de esa cifra se debe a carencia de hierro.
En entrevista, comentó que ese elemento es fundamental para procesos metabólicos y celulares. La carencia de éste, agregó, hace que las personas padezcan del trastorno de «anemia ferropénica».
Agregó que este tipo de padecimiento se genera cuando al haber un desbalance de hierro, el organismo empieza a consumir las reservas que el cuerpo tiene, hasta comenzar a utilizar las concentraciones del mineral que se encuentran en los glóbulos rojos.
Destacó que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud, en México, durante 2012, el 11.6 por ciento de la población femenina padecían anemia, cifra que alcanzó hasta 17.9 por ciento en mujeres embarazadas.
“Es importante hablar del hierro, es un elemento fundamental en varios procesos metabólicos y celulares en el organismo, nosotros tenemos un balance natural en la ingesta de hierro, y cuando hay una carencia de éste, consumimos las reservas y es cuando llegamos a la deficiencia de hierro”, explicó el especialista.
Fernanda Prado advirtió que cuando no se consume adecuadamente el hierro, éste se acumula en los glóbulos rojos, lo cual no es lo adecuado.
Enfatizó que en el caso de menores de edad, la falta de hierro puede provocar deficiencias en su desarrollo neuronal y motriz. Esta afectación, precisó, presenta diferentes síntomas como la fatiga, irritación, mareo, dificultad para respirar, caída de cabello, uñas quebradizas, palidez, o incluso, puede presentar la necesidad de comer elementos como gises, tierra, ladrillos o hielo.
La experta comentó que «este grupo de personas deben mantener una dieta rica en hierro, la cual debe consistir en la ingesta de vegetales con hoja verde, y proteínas de origen animal, las cuales es la mayor fuente de hierro».
Dijo que si una persona, aún en tratamiento, tienen índices bajo de este mineral, es recomendable acudir al médico y considerar el uso de suplementos.