Las conversaciones entre Estados Unidos y otros países del G-20 para consensuar un documento final giraban en torno a los asuntos del comercio y la sustentabilidad climática, mientras varios conflictos bilaterales acaparaban la atención en la cita internacional.
En Argentina, país anfitrión de la cumbre que reúne hasta hoy a los presidentes de potencias como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China y varias naciones en vías de desarrollo, se busca alcanzar un consenso sobre el mercado de trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, la que prometía ser la cumbre del G-20 más ríspida de los últimos años transcurre en su mayor parte en reuniones bilaterales y multilaterales en las que se abordarán los puntos más calientes de la agenda global como la creciente tensión entre Rusia y Ucrania, el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El presidente estadounidense Donald Trump retiró a su país del acuerdo de París sobre cambio climático y mantiene una posición proteccionista en el ámbito comercial en la cumbre de las 20 economías más potentes y emergentes del planeta (G-20).
Decenas de miles de argentinos se manifestaron pacíficamente en una Buenos Aires contra la visita de Trump bajo un inédito dispositivo de seguridad que limitó al mínimo el servicio de transporte.
China y Estados Unidos.
La reunión programada para hoy entre Trump y su homólogo chino será el punto central del primer G-20 en América del Sur. Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
El mandatario estadounidense dijo ver “buenas señales” en las relaciones comerciales entre ambos países, pero también se mostró reticente a un acuerdo en las últimas horas.
Al exigir a Beijin el fin de prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron 300 mil millones de dólares, incluyendo 250 mil millones de dólares sobre productos chinos y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la “guerra comercial” que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.