La genética, posible causa de la fatiga crónica

Científicos británicos descubrieron que una de las causas del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) podría ser la hiperactividad del sistema inmunológico derivado de la genética, según un estudio publicado en la revista científica Psychoneuroendocrinology.

El SFC es un mal que afecta tanto hombres como mujeres, aunque es más frecuente en ellas, especialmente una vez que llegan a los 40 años de edad, y en los casos más extremos provoca ansiedad, depresión, dolor de garganta e incluso mala memoria y falta de concentración.

La fatiga prolongada (también conocida como encefalomielitis miálgica) puede desencadenarse a partir una respuesta inmunitaria exagerada, señaló Carmine Pariante, profesora de psiquiatría biológica del King’s College de Londres.

Los expertos suponían durante mucho tiempo que la enfermedad no solo tiene una base psicológica, ya que los síntomas del SFC a menudo se manifiestan en pacientes después de un resfriado grave o como resultado de infecciones virales.

Los investigadores encontraron que esto es posible en el caso de un sistema inmunitario propenso a la hiperreacción.

«Lo que estos datos sugieren fuertemente es que las personas que desarrollan síndrome de fatiga crónica en respuesta a una infección, lo hacen porque su sistema inmunológico está preparado para reaccionar de manera hiperactiva”, explicó Pariante.

Agregó que, aunque todavía no está claro por qué el sistema inmunológico de algunos pacientes reacciona de forma hiperactiva, se cree que la genética podría ser una posible razón.

Para llegar a esta conclusión los investigadores analizaron a 55 voluntarios con hepatitis C, a quienes se les administró un ciclo de inyecciones de interferón alfa de 6 a 12 meses, una proteína que el cuerpo produce naturalmente y estimula los glóbulos blancos para provocar una respuesta inmunitaria.

La mayoría de los pacientes que se recuperaron de hepatitis C experimentaron un aumento de la fatiga durante el tratamiento, que se redujo cuando terminaron las inyecciones.

Sin embargo, seis meses después de finalizar el tratamiento, 18 participantes permanecieron más fatigados que antes de comenzarlo.

Según estudios de los especialistas de la Universidad de Columbia, este síndrome puede prolongarse hasta por seis meses y el sueño o el descanso no suelen remediar sus efectos negativos sobre la productividad laboral.

De acuerdo con cifras de la organización británica Action on ME, hay alrededor de 250 mil personas afectadas por la fatiga crónica en Reino Unido y 17 millones en el mundo.